Gys Hough es socio gerente de Coinstone Capital, un fondo de inversión de activos digitales con sede en Ámsterdam centrado en la tokenización. Gys también es socio de Digital Asset Consulting (DIAC), una firma de consultoría especializada en tokenización de activos.
Imagine una compañía de taxis basada en la web donde los conductores son los copropietarios: una compañía que distribuye automáticamente sus crecientes ganancias a sus conductores. O imagine una plataforma de entrega que paga a sus mensajeros salarios más altos a medida que se vuelve más popular.
Desafortunadamente, las fuerzas impulsoras detrás de la creciente economía de conciertos, compañías como Uber y DoorDash, hacen exactamente lo contrario.
El crecimiento de la economía del concierto es una gran preocupación para los gobiernos y los responsables políticos de todo el mundo. La innovación tecnológica es una parte crucial de todas las economías modernas, pero las empresas que han creado la nueva economía del concierto explotan constantemente los derechos de sus trabajadores y usuarios. Los ejemplos son numerosos: los conductores de Uber tienen que trabajar 60 horas a la semana para ganar el salario mínimo, las nuevas empresas que no contribuyen a la jubilación, y la lista continúa.
Las cooperativas basadas en Blockchain pueden ayudar a los gobiernos a crear una economía de inclusión y a reescribir el contrato social para el siglo XXI.
Hay una solución a este problema y no radica en una regulación más estricta. Los enfoques reglamentarios tradicionales para las empresas pasadas de moda no funcionan bien para las plataformas digitales sin fronteras. Se trata de crear un marco regulatorio para una alternativa viable: las cooperativas digitales. Las cooperativas generalmente están asociadas con la agricultura o los bancos, pero las plataformas digitales de la economía de Internet (redes sociales, entrega de comida para llevar, alquileres de vacaciones y plataformas de taxis) son en realidad la encarnación del trabajo cooperativo. Los esfuerzos cooperativos de los contribuyentes y clientes de estas plataformas crean el valor real: las plataformas mismas solo coordinan los esfuerzos.
La tecnología que permitiría la creación de cooperativas digitales es blockchain. Bitcoin, la moneda digital, se ha convertido en el ejemplo más destacado de la tecnología blockchain. Pero hay muchos más usos para ello. La palabra clave es tokenización. La tokenización es la creación de una nueva moneda digital, o tokens, que sirve como mecanismo de pago exclusivo para estas cooperativas digitales.
Tomemos el ejemplo de Uber. Esta plataforma web ha establecido puntos de apoyo en muchos países al subsidiar inicialmente los viajes en taxi. Estos viajes baratos crean demanda de los pasajeros, lo que lleva a que los conductores se unan. Pero a medida que se unen más conductores, aumenta la competencia. Uber puede obligar a sus conductores a aceptar menos paga y aumentar sus márgenes. Los beneficiarios de esta carrera hacia el fondo son los inversores y accionistas de Uber.
Si Uber, o una empresa como esta, fuera una cooperativa digital simbólica, la dinámica cambiaría drásticamente. Los conductores de esta plataforma cooperativa de taxis serían pagados en su propia moneda, que se cambiaría fácilmente por dólares o euros. Debido a que se crearía una cantidad total limitada de estos tokens, su valor aumentará a medida que crezca la popularidad del servicio. Esto atraería más conductores, lo que conducirá a más clientes, y otro aumento en la demanda y el valor de los tokens.
Este modelo cooperativo digital también tiene muchos beneficios para otros sectores de la economía digital. Piense en una red social, como Facebook, pero que paga a sus usuarios por vender sus datos a los anunciantes. Una red de usuarios también son miembros, y tienen voz en el gobierno de la misma.
Las cooperativas digitales tokenizadas ayudarán a las personas a cooperar porque todos los involucrados se beneficiarán. La posibilidad de agrupar recursos, compartir equipos o nuevos tipos de planes de pensiones y seguros también es una posibilidad. Todas las transacciones se ingresarán en una cadena de bloques y, por lo tanto, se pueden verificar. Las cooperativas basadas en blockchain pueden ayudar a los gobiernos a crear una economía de inclusión y a reescribir el contrato social para el siglo XXI.
Se necesita un marco regulatorio claro para que esto suceda. La forma en que se pueden crear estas cooperativas digitales y sus tokens debe estar consagrada por la ley. La expansión de la ley cooperativa actual mediante la inclusión de cooperativas digitales y la creación de tokens, además del propietario y la membresía tokenizados, podría ser un buen camino a seguir. Los reguladores han sido cautelosos con los lados oscuros de bitcoin, que ha frenado la innovación en los modelos de negocio basados en tokens.
Un estado legal claro para las cooperativas digitales permitiría que la tecnología de punta utilice mecanismos de mercado para resolver uno de los problemas más importantes de nuestro tiempo: el cambio a una economía digital que perjudica a muchos trabajadores. Las cooperativas digitales tokenizadas también brindan la posibilidad de que los inversores apoyen a las startups con capital a cambio de una cierta cantidad de tokens creados. De esta manera, se convertirán en parte de la economía inclusiva y ya no necesitarán ganar riqueza a costa de clientes o trabajadores.
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Referencia: https://www.coindesk.com/the-gig-economy-is-unfair-heres-how-token-models-can-help